domingo, 19 de julio de 2009

Violencia de género: entrevista con Grisel Tarsia


Sea desde la coordinación del Programa Juana Azurduy, pasando por su espacio político en el Concejo Deliberante de Esteban Echeverría, o por su participación en el programa radial Mujerío, Grisel Tarsia se ha mostrado siempre coherente en su denuncia a las relaciones de poder existentes en el seno de la sociedad. Relaciones disfrazadas muchas veces por la naturalización de la realidad.

-¿En los casos de violencia de género podemos detectar aspectos que tienen que ver con las relaciones de poder existentes en la sociedad?

-Es redundante plantearlo así. Precisamente se pasa del sexo al género porque este último término amplia el espectro. A las diferencias anatómicas le suma los aspectos sociales, históricos, políticos que existen entre mujeres y varones. También suele usarse el plural géneros para dar cuenta de la diversidad. En consecuencia ya la definición "género" habla de poder, de asimetría entre varones y mujeres. Violencia de género son todas las prácticas que atentan contra la equidad. Las hay de distintos tipos, económica, sexual, psicológica, laboral y no solo el golpe. Pero lo que merece la pena destacarse es que es alarmante la cantidad de veces que conduce a la muerte.

-En muchos casos concretos de violencia hacia las mujeres existen denuncias previas, ¿Cuáles son los aspectos judiciales que impiden actuar con celeridad para proteger a la victima?

-Creo que los impedimentos son muchos y de diversa índole, algunos son institucionales, culturales, sociales y políticos. Algunas veces tiene que ver con el desconocimiento de las leyes que si bien pueden mejorarse son muchas y bastante buenas, otras veces tiene que ver con la falta de decisión política, otras con falta de compromiso ya que es muy importante por las características psicológicas de la violencia y la profunda vulnerabilidad de la victima, ya que la violencia dinamita su autoestima, que no esté sola, que se sienta contenida, acompañada y porque necesita estar atenta y lo más entera posible para defenderse. Por otro lado juegan un papel importantísimo la cultura; acuñamos muchas justificaciones, naturalizamos muchos aspectos de la violencia y reproducimos mitos y esto es en todos los niveles. Frases del tipo, "el es así cuando toma", "por algo habrá sido", "de eso no se habla", "mejor no meterse", "que puedo hacer yo",...son muy comunes y conducen a naturalizar la violencia.

- Uno tiene la impresión de que en la aplicación de las leyes actuales referidas a la violencia de género existen resquicios que permiten salir impune al victimario, ¿Tiene esta impresión?

-Sí, es así, esto va en la línea de lo que decíamos antes, la violencia esta naturalizada en esta sociedad y juega a favor del victimario. Por ejemplo los medios de comunicación masiva suelen definir la violencia de género como “crímenes pasionales” y así contribuyen a la naturalización y por supuesto que solo dan a conocer los casos que mayor cuota de sensacionalismo aporta, las muertes más “misteriosas” de mujeres ricas. No hay misterio alguno: la violencia mata y lo hace en todas las clases sociales de muy diversas maneras y eso nada tiene de “pasional”, quien te ama no te violenta y en eso debemos hacer eje. Por otro lado en los casos de violencia generalmente se dan todos los tipos simultáneamente, por ende si consideramos que las familias monoparentales con jefas de hogar son cada vez más comunes y que estas se desarrollan en una sociedad donde las mujeres son vulneradas, discriminadas en el mundo del trabajo, si tenemos en cuenta la feminización de la pobreza, la doble jornada de trabajo…entendemos un poco más cuando hablamos de vulnerabilidad, cualquiera que debiera enfrentar esas condiciones de vida se sentiría vulnerable y reproducir esas condiciones es beneficiar al victimario; la justicia es un reflejo de esto que ya acuña la sociedad solo que por su rango institucional, el poder que encarna y la responsabilidad que debiera asumir, reviste mayor efecto y gravedad.

- En la actualidad, ¿el Estado acompaña, contiene a las víctimas de abusos y violencia familiar? ¿Ve negligencias en el accionar de las instituciones del Estado que intervienen en este tema?

-Las leyes son una manera en que el Estado acompaña, como decíamos antes en este aspecto se podría mejorar pero las que hay no se aplican debidamente o no son del todo conocidas por la ciudadanía y por ende las victimas no apelan a ellas; esto en negligente y como decíamos antes, se basa en buena parte en la naturalización de la violencia. Por otro lado faltan políticas públicas que reviertan la asimetría económica, laboral, de inclusión para las mujeres o lo que podríamos llamar políticas públicas tendientes a la equidad de género y que incentiven la participación social y política de las mujeres como así también facilitaría la formación educativa y profesional. Distribuir la riqueza para, entre otras cosas, detener la feminización de la pobreza. Por otro lado si bien hay algunas buenas iniciativas al respecto, es necesario avanzar con programas de prevención, promoción y formación en clave de perspectiva de género.

Desde el Programa Juana Azurduy intentamos trabajar en este sentido, además de los talleres donde abordamos temas como: salud, historia de las mujeres, violencia, participación social y política, trata…también hacemos acompañamiento de casos de violencia que implican precisamente acompañar a la victima en cada uno de los pasos institucionales o no que debe asumir en su defensa, también hacemos jornadas de difusión para visibilizar estas temáticas o iniciativas como el Instituto de Políticas públicas donde además de debatir, conocer las leyes, visibilizar la violencia… producimos iniciativas legislativas, nos organizamos, generamos alternativas colectivas para defendernos de los aspectos culturales, laborales, políticos, sociales, institucionales de los que hablamos a lo largo de la entrevista.

por Pablo Suárez

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