lunes, 17 de agosto de 2009

¿Un primer paso hacia el fin del monopolio Clarín?


Aunque en una primera lectura la futura asociación entre el Gobierno y la AFA implicaría una chicana política hacia el Grupo Clarín más que un interés por democratizar las instituciones deportivas, la finalización del contrato televisivo con Clarín terminará beneficiando a los amantes del fútbol que no tienen acceso a la televisión por cable.


La decisión de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) de romper el contrato de televisación de los partidos de fútbol con Torneos y Competencias (TyC) hasta el 2014, es una de las noticias que están agitando el ambiente deportivo y que caldean aún más la tensa rivalidad política existente entre el matrimonio Kirchner y el Grupo Clarín.


El origen del conflicto radica en la deuda que los clubes tienen con los jugadores y en el incumplimiento de contrato por parte de TyC que denuncia el polémico presidente de la AFA, Julio Grondona: la empresa había modificado su composición accionaria mientras el contrato se mantuvo vigente. De ahí que hoy lo que se pone sobre el tapete es la televisación abierta de los partidos de fútbol. Trasmisión que desde 1991 monopoliza Televisación Satelital Codificada (TSC), alianza entre TyC y su principal accionista, el Grupo Clarín.


El contrato que por entonces habían firmado TyC y la AFA estipulaba que la empresa accedía a la exclusividad en la televisación de los partidos por canales de cable, y cinco de ellos por señal codificada, la cual debía abonarse aparte, tal como se viene llevando adelante. Por lo que la mayoría de los argentinos y argentinas no tienen acceso a la transmisión.


Si bien ni el Gobierno actual ni Julio Grondona son inocentes en materia de negocios, y si bien se podría sospechar que esta actitud aparentemente democratizadora es en realidad una nueva táctica para dejar tumbado a Clarín en esta larga pelea mutua en la que “si vos me pegás, yo trato de matarte”, lo cierto es que al final de cuentas, quienes saldrían ganando son el fútbol y aquellos que se sienten parte de esta “pasión de multitudes”; además de significar este hecho un gesto positivo hacia el quiebre de uno de los monopolios más enormes como el negocio de los deportes, especialmente del fútbol.


Así las cosas, el Imperio Clarín salió con los tapones de punta a pegarle al Gobierno (más de lo que ya venía haciéndolo), y a Julio Grondona, de quien quizás no esperaban semejante traición, como un hijo no espera la traición de su padre.


El multimedio que dice hacer “periodismo independiente” está buscando cualquier recurso para revertir la situación: apelando a su inagotable capacidad de hacer campaña a través de todos sus medios en contra de lo que va por fuera de sus propios intereses; confundiendo a la opinión pública; criticando que hay prioridades en las que debería invertir el Estado y juega a sentirse afectado por la realidad de los sectores más postergados de nuestra sociedad; amenazando con llegar a la Justicia; y hasta suplicando el auxilio de la embajada de Estados Unidos para alertar a sus socios extranjeros que un monstruo se está devorando su comida.


El diario Clarín, Olé, Radio Mitre, Canal Trece, TN, TyC Sports, todos ellos que son una sola cosa, salieron a decir también que “La AFA rompió el contrato con la TV”, como si la TV no fuera más amplia y se deba aceptar que la misma es tan sólo el poder de un grupo accionario. La TV también es aquella que todavía hoy sigue silenciada, debido a la voracidad de las empresas de los medios de comunicación en la Argentina.


En este contexto, las voces opositoras intentan instalar la extraordinaria inversión que el Gobierno tendría que hacer para adquirir el negocio (unos 500 millones de pesos). Sin embargo, lo que no dicen es que los ingresos en realidad se podrían generar a partir de la publicidad, de la venta de derechos al extranjero y de otras formas más creativas, como por ejemplo el Prode, por lo cual el Estado no precisaría poner un peso. Además, uno de los compromisos planteados por la presidenta Cristina Fernández en esta futura asociación es seguir garantizando las fuentes de trabajo.


Quedan aún muchas imprecisiones por resolver y muchas dudas por despejar, aunque no tantas como las que hacían preguntarnos por qué deberíamos aceptar que nos restrinjan el acceso a un deporte multitudinario.


Como el periodista y relator Víctor Hugo Morales declaró haciendo estallar a los defensores del mercado futbolero: “hay que mirar hacia el próximo campeonato como cuando se camina por un repecho interminable, ya sin fe, y de pronto aparecen los primeros indicios de que, del otro lado, hay un futuro”. En buena hora.


Por Mariana Correa

No hay comentarios:

Publicar un comentario